Cinco claves para un buen balanceo dinámico
Más del 50% de los problemas de vibraciones en equipos rotativos se presentan por pérdida de equilibrio debido a desgastes o variación de peso por acumulación de material en los impulsores, rotores, ventiladores, poleas, etc, lo cual reduce la vida útil de los componentes de la máquina.
El desbalanceo, definido técnicamente, es la no coincidencia del centro de gravedad con el centro de giro, generando una fuerza centrífuga no compensada que se traduce en vibraciones. Para eliminar este problema, es necesario realizar un balanceo dinámico, ya que este procedimiento permite corregir las irregularidades en la distribución de masa mientras el elemento se encuentra en rotación.
A través del balanceo dinámico y análisis de vibraciones se identifican y compensan los puntos de desequilibrio, reduciendo las vibraciones y esfuerzos mecánicos que afectan el desempeño y la vida útil del sistema, garantizando así un funcionamiento más estable, eficiente y seguro de los componentes rotativos.
Al realizar un balanceo dinámico se deben considerar los siguientes aspectos:
1. Verificación estructural y de transmisión:
Antes de iniciar el balanceo dinámico, es fundamental realizar una inspección minuciosa de la estructura que sostiene el equipo, verificando que los soportes, anclajes y pernos estén firmes, correctamente ajustados y libres de grietas o deformaciones. Cualquier holgura, fisura o deterioro estructural puede generar vibraciones adicionales o falsas lecturas durante el proceso de balanceo.
Si la transmisión del movimiento es por correa, se debe revisar el estado de las poleas y la tensión de la correa, asegurando que no existan desalineaciones o desgastes excesivos. Además, es importante considerar la presencia de armónicos o frecuencias naturales cercanas a la velocidad de operación, ya que podrían amplificar las vibraciones e interferir en la precisión del balanceo.
2. Inspección y limpieza del elemento giratorio:
El rotor, impulsor, ventilador o cualquier componente rotativo debe encontrarse completamente limpio y libre de acumulaciones de polvo, grasa, residuos o material adherido. Incluso una pequeña cantidad de suciedad o corrosión localizada puede alterar significativamente la distribución de masa y generar un desbalanceo considerable.
Por ello, antes de iniciar el proceso de medición, se recomienda realizar una limpieza profunda, verificando también que no existan daños físicos, deformaciones o pérdida de material en los álabes o componentes del rotor. Una superficie limpia y en buen estado garantiza lecturas precisas y resultados confiables en el balanceo.
3. Preparación para la medición:
La etapa de preparación es clave para obtener datos exactos. Se debe colocar correctamente la cinta reflectante en el punto de referencia del rotor, asegurando que esté limpia, firme y bien adherida para permitir una detección confiable de la fase por parte del tacómetro o sensor óptico.
Asimismo, es importante comprobar la correcta ubicación y orientación del sensor de vibraciones. Una adecuada preparación minimiza errores de lectura y mejora la repetibilidad de los resultados durante el balanceo.
4. Toma y control de datos:
Durante la recolección de datos iniciales, se recomienda desactivar el promediado de señales para observar las variaciones instantáneas y garantizar la estabilidad de la fase. Es esencial registrar toda la información relevante: amplitud y fase de las vibraciones, ubicación exacta de los sensores, posición del tacómetro, número de álabes, condiciones de operación y cualquier corrección realizada.
Un control riguroso de estos parámetros permite establecer una línea base confiable y facilita la identificación de los puntos de corrección de masa. Además, el análisis comparativo entre mediciones antes y después de aplicar los contrapesos permite validar la efectividad del balanceo.
5. Control de velocidad en equipos con variador:
En equipos que operan con variadores de frecuencia o de corriente continua, es indispensable asegurar la estabilidad y repetibilidad de la velocidad de rotación durante todo el proceso de balanceo. La velocidad debe mantenerse dentro de un margen máximo del 5 % entre los diferentes ciclos de medición para evitar errores en el cálculo de fase y amplitud.
Asimismo, se debe evitar el paso por zonas de resonancia o velocidades críticas que puedan distorsionar las lecturas. Un control adecuado de la velocidad garantiza la consistencia de los resultados y la corrección precisa del desbalanceo, contribuyendo a la confiabilidad del procedimiento.
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